Remembranza en la mágica cultura chapaca: “De la Albahaca a la Rosa Pascua”, “del Erque al Violín”, “Del Carnaval a La Pascua”

“Esta descripción de la transición chapaca del carnaval a la pascua prácticamente va desapareciendo o falta poco...pero no pierdo la esperanza de que se la pueda recrear y volverá a vigorizar, a través de su puesta en escena, de su práctica y su difusión” señala Jaime Perales Guerrero, reconocido estudioso de las tradiciones chapacas, folclorista y escritor de coplas.
Muchos detalles de nuestras fiestas más importantes con el transcurrir del tiempo fueron desapareciendo es necesario destacarlas y nombrarlas en nuestra cultura chapaca, al hacerlo parecen mágicas por su sentir y su significado.
“En otros tiempos la fiesta era de todos, no existían actores y espectadores, todos participaban y disfrutaban por igual y de una manera totalmente natural y espontánea” señala Jaime Perales.
Y continua “Como ejemplo de lo que sostenemos, de manera muy breve les narramos aquí la transición de la fiesta del carnaval a la siguiente fiesta que es la pascua; dos fiestas muy extendidas y festejadas en nuestros pagos”.
“Estas escenas, muy frecuentes en el pasado, hoy sólo perviven en la retina o en la memoria de unos pocos que tuvimos la suerte de disfrutarlas y participar de ellas, en tal sentido; sólo encontramos la forma escrita de compartirlas, alimentando de esta manera nuestra rica tradición oral, destaca Perales.
Hoy otras cosas ocupan nuestra atención y la atención de las autoridades del área; los concursos, los festivales, los escenarios, los equipos de sonido, los ballets o los conjuntos rentados, etc. por ello hacemos una remembranza de la transición entre estas dos grandes fiestas, un aporte valioso de Jaime Perales invocando la fortaleza de nuestras tradiciones y que no se pierdan.
EL RELATO Y LA MAGIA CHAPACA DE LA TRANSICIÓN
La tarde cae aceleradamente, las sombras se van agigantando; el cansancio de los fiesteros se hace visible: Es el domingo de tentación y la semana transcurrida fue más que agotadora.
La rueda chapaca al son del erque se ve disminuida, una bandera de chacra ya marchita, con algunos restos de serpentinas y albahacas que poco a poco van perdiendo su fragancia, aun se agita lentamente en las manos de un abanderado aprendiz a falta de otros.
Al fondo, en medio del gentío se oye la voz solitaria y ronca de un cantor que sentencia:
Porqué, porqué el carnaval,
Tan pronto se volverá;
Porqué todo el año,
No se quedará.
El carnavalito,
Ya se me está yendo;
Voy ha ensillar mi caballo,
Lo voy ha seguir corriendo.
Y otro cantor, algo menos optimista sentenciosamente entona estas coplas, ya de manera solitaria y sin caja.....
El carnaval ya se ha muerto;
Ya lo llevan a enterrar,
Échenlo poquita tierra,
Que se vuelva a levantar.
Pobre mi ramo de albahaca,
quién lo podrá consolar;
cuando le diga cantando,
que se murió el carnaval.
EN LA TRANSICIÓN, DOS RUEDAS SE ENCUENTRAN, SALE TRIUNFANTE DE LA RUEDA DE LA PASCUA, EL VIGOR DEL VIOLIN LE GANA AL ERQUE QUE ABANDONA EL ESCENARIO
En el ambiente, queda flotando un aire de nostalgia que se va apoderando de todos los presentes - ¡se acaba el carnaval!!!
Inesperadamente y ante la sorpresa de todos, por el otro extremo del patio aparece una nueva rueda chapaca con renovada energía y vigoroso entusiasmo, pero al compás de un violín.
De manera rápida, esta rueda va ganando la atención y el espacio, yendo a encontrarse con la otra rueda en el centro del patio, donde se entabla una competencia o duelo por unos momentos.
Ambos instrumentos entremezclan sus notas. Por momentos los bailarines se confunden. El violinista le impone más energía a sus notas y juntamente con sus bailarines intentan desplazar a la rueda del erque. La resistencia de estos por conservar el espacio no se deja esperar y así ambos se traban en un forcejeo físico y musical. Aceleradamente la rueda del violín se va tornando más grande e intenta envolver a la cada vez más pequeña rueda del erque.
Los bailarines de la rueda del violín intentan y consiguen sacar bailarines de la rueda del erque – los varones toman de la mano a las mujeres y las mujeres a los varones. Así lentamente la rueda del erque va desapareciendo como si hubiese sido devorada por la otra rueda, quedándose sólo el erquero.
El violinista triunfante, expulsa definitivamente al erquero, el cual aun tocando su instrumento abandona el escenario central de la fiesta, desapareciendo definitivamente de escena.
A partir de ese momento es el violín el único rey de la fiesta, y sus dulces notas buscarán recuperar la armonía destruida por el carnaval.
El sol se está ocultando en las lejanas montañas. El repiqueteo de la rueda que llena el patio y la música del violín que invita al zapateo son los signos inequívocos de que llegó la fiesta de la pascua.
ES ASÍ, QUE LA ALBAHACA DA PASO DE LA ROSA PASCUA CON SU FRAGANCIA Y SU HERMOSURA
El aroma de la albahaca dio paso a la inconfundible fragancia de la rosa pascua y por el contorno del patio se oye cantar estas coplas.
Rosa pascua de mi pago,
tú eres mi vida;
y serás de ahora y siempre,
flor preferida.
Vamos cantando las pascuas,
demos comienzo;
porque pasando esta fiesta,
queda silencio.
Dicen que las pascuas vienen,
por esa loma,
volando de rama en rama,
como paloma.
Dicen que las pascuas llegan,
por la quebrada;
a ver si es que me hacen parte,
de esas tonadas.
Pie de Foto: Ing. Jaime Perales Guerrero
Fuente: Jaime Perales Guerrero para Tarija 200