Matan a tres policías durante el operativo de desbloqueo de Llallagua

Tras los hechos violentos que tuvieron lugar en esa región del Norte de Potosí, dirigentes alineados con la causa del expresidente Evo Morales anticiparon que su lucha “es imparable” y que los cortes e ruta no se levantarán “hasta sacar” al presiente Luis Arce del poder.
Autores: Mauricio Quiroz Terán y Freddy Lacio Fernández
Fecha publicación: 12/06/2025
“Los bloqueadores están armados”, informó ayer el Ministerio Público luego de confirmar —en un primer momento— la muerte de dos jóvenes oficiales de la Policía Boliviana durante un operativo de desbloqueo que tuvo lugar ayer en el municipio de Llallagua. Los uniformados eran parte de un contingente mayor de 500 efectivos que llegó desde Oruro con el objetivo de controlar una situación marcada por saqueos y ataques a entidades de esa ciudad.
La incursión policial, que tuvo el respaldo de militares, no pudo desarticular a los movilizados que mantienen a esa ciudad nortepotosina sitiada por los bloqueos. De hecho, anoche se reportó un tercer policía fallecido, quien previamente estaba desaparecido tras una emboscada protagonizada por personas identificadas como seguidores de Evo Morales. Ellos exigen la renuncia del presidente Luis Arce y la habilitación de su líder como candidato a la primera magistratura del Estado; esto a pesar de un impedimiento legal.
Los primeros uniformados fallecidos fueron identificados como los subtenientes Brayan Jorge Barrozo Rodríguez (23 años), recién egresado de la Academia Nacional de Policía e integrante del Grupo Delta de Oruro, y el subteniente Carlos Enrique Apata Tola, del Comando Departamental de Policía del mismo departamento. Oruro está más cerca de Llallagua que la capital potosina.
De hecho, el propio comandante departamental de la Policía de Oruro, Helsner Torrico, informó que el contingente policial acudió a desbloquear las vías munidos de equipamiento no letal. “Pero fuimos atacados desde los cerros con armas de fuego y dinamitas”, dijo.
El sargento Alberto Mamani de la Unidad de Bomberos de Potosí también murió a manos de los manifestantes que mantienen el asedio sobre esa ciudad minera.
Sin alimentos ni combustible desde hace más de 10 días y con barricadas en cada esquina del municipio, —en previsión de una nueva incursión de los movilizados— hombres y mujeres de Llallagua observaban ayer, agradecidos, la llegada de un contingente policial que debía poner orden en el lugar, pero después presenciaron, aterrados, una feroz emboscada que finalizó, además de los fallecidos, con agentes malheridos como el caso de un capitán que fue alcanzado por proyectiles de arma de fuego de 7,65 milímetros, un calibre para fusil mauser.
La celada se produjo durante las primeras horas de la tarde, por el puente Katiri, en el ingreso sur a la ciudad, cuando los uniformados (que habían llegado desde media mañana) se desplegaron para levantar el bloqueo instalado por los comunarios en esa zona. Allí, en una pequeña explanada entre cerros, el autobus en el que se trasladaban los efectivos fue recibido a piedrazos y dinamitazos, pero pronto se escucharon detonaciones de armas de fuego, mientras decenas de comunarios trataban de rodear el motorizado.
En ese interín, varios policías observaron caer al subteniente Barroso, al que de inmediato trataron de cubrir con sus propios cuerpos y sus escudos de policarbonato. Mientras que el subteniente Apata fue encontrado en el lecho seco de un río, con sangre en el rostro y rastros de golpes en todo el cuerpo. Además, tras el ataque a los policías, los bloqueadores incendiaron el bus. Durante esos hechos hubo desaparecidos.
Los efectivos heridos fueron evacuados de inmediato al hospital Madre Obrera de Llallagua, pero de allí fueron trasladados en helicóptero al hospital de la Caja Nacional de Salud (CNS).
El viceministro de Régimen Interior, Johnny Aguilera, informó que el capitán de Policía Daynor Miranda Blanco resultó gravemente herido durante el ataque y se encuentra con serios riesgos de perder la vida
Emergencia en el Gobierno
Tras la confirmación del ataque en la ciudad norpotosina, con muertos y heridos, el presidente Luis Arce llamó de inmediato a una reunión de emergencia a los ministros de Gobierno, Roberto Ríos; de Defensa, Edmundo Novillo, y de Justicia, César Siles. También llegó el comandante de la Policía Boliviana, Augusto Russo y los comandantes de las Fuerzas Armadas. En la cita se evaluó la gravedad de la situación, para determinar futuras acciones.
El viceministro de Coordinación Gubernamental, Gustavo Torrico, descartó un estado de sitio porque, según explicó, una medida de esta naturaleza puede beneficiar al plan de Evo Morales de “generar caos y muerte” en el país. En ese tono, acusó al expresidente de promover un boicot sobre las elecciones de agosto.
Torrico enfatizó, además, que declarar un estado de excepción implicaría la suspensión de derechos constitucionales y, por tanto, imposibilitaría la realización de las elecciones nacionales de agosto, que es lo que busca el evismo para viabilizar la habilitación electoral del expresidente.
Amenazas
Al filo de la presente edición, el dirigente Vicente Choque de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb) afín a Evo, aseguró que la movilización de su sector será “hasta sacar al Lucho de la presidencia” en relación al Jefe de Estado. Además aseguró que la protesta ya es “imparable”.
Más temprano, Evo Morales anticipó que “los bloqueos no se levantarán”, pero dijo que no fue él quien los convocó sino no las organizaciones sociales que sustentan a su liderazgo. Comparó luego a Arce con el mandatario estadounidense Donald Trump debido a que, según dijo, tiene aislado al trópico de Cochabamba, aunque esta es una de las zonas más bloqueadas por sus bases.
Críticas duras
Y mientras el Gobierno mueve sus fichas por la jornada de violencia y muerte, desde el oficialismo y la oposición, surgieron las críticas, tanto para los autores del ataque como para quien consideran el principal promotor de la violencia: el expresidente Evo Morales.
El candidato por la alianza Unidad, Samuel Doria Medina, presentó su pésame, con una crítica: “Mi condolencia para todos los familiares y amigos de los dos policías que murieron hoy en Llallagua. Servidores públicos que perdieron sus jóvenes vidas por cumplir su deber. La responsabilidad de estas muertes está clara para todos los bolivianos”.
A su turno, el candidato presidencial por APB-Súmate, Manfred Reyes Villa, señaló que las “manos criminales” que atacaron a los efectivos policiales fueron “dirigidas” por Evo Morales. “Esto es una consecuencia directa de una violencia descontrolada promovida por quien ha decidido declararle la guerra al pueblo boliviano, solo por saciar su ambición de volver al poder por la fuerza”, escribió.
El presidenciable por la Alianza Libre, Jorge Tuto Quiroga, pidió a Dios que “guarde en su gloria” a los uniformados fallecidos, a quienes calificó de “dos héroes que honrando su uniforme verde olivo, y nuestra tricolor, fueron asesinados cuando socorrían” a los pobladores de Llallagua.
“En Bolivia la única salida para acabar la crisis, salvar la economía, reconstruir la democracia y garantizar el estado de derecho, es la elección del 17 de agosto. Los golpistas quieren enterrarla. Es imperativo respaldarla mañana ante la convocatoria del TSE: elecciones o golpe, democracia o insurrección”, posteó Tuto.
Desde su encierro en Chonchocoro, el gobernador cruceño Luis Fernando Camacho, rechazó “la violencia desatada” que compromete la tranquilidad del país y “la inoperancia del gobierno, al no aplicar las leyes y detener al prófugo Evo Morales, es la causa principal de la violencia que hoy soporta el pueblo boliviano”.
En sus críticas, el líder de Creemos también condenó “la enorme irresponsabilidad del masismo en todas sus versiones”, por dedicarse a pelear por poder y generar violencia.
Y el candidato por el MAS, Eduardo Del Castillo, escribió en Facebook que “no es un buen día para la democracia, mucho menos para Bolivia. El efectivo del orden recibió un disparo por parte de sectores movilizados afines a (Evo) Morales en el municipio de Llallagua, quien solo busca sangre y muerte para satisfacer sus apetitos personales”, indicó el exministro de Gobierno, cuando todavía no se conocía el fallecimiento del segundo uniformado.
Viene una investigación
El fiscal general del Estado, Roger Mariaca, anunció que instruirá una investigación rigurosa por las muertes en Llallagua y por los hechos de violencia en otras partes de Bolivia. “Ante los recientes hechos de violencia registrados en el municipio de Llallagua, así como en otros puntos de nuestro país, que dejan como saldo a personas y policías heridas y fallecidas, el Ministerio Público ha iniciado las investigaciones de manera inmediata y ha desplegado las acciones que permitan la identificación y procesamiento penal de los autores materiales e intelectuales, cómplices y encubridores de estos hechos”, advirtió.
Para hoy se ha previsto una marcha del evismo sobre La Paz para pedir la renuncia de Arce.
Amenazas
Dinamita: Los comunarios que habitan en los ayllus contiguos a Llallagua se declararon en emergencia y anunciaron más bloqueos.
Respuesta
Vecinos de Llallagua incendiaron la sede social del ayllu Chullpa tras la muerte de los policías en el ingreso al pueblo.
Accesos
La emboscada se produjo cerca de un antiguo campo de golf que fue usado en su tiempo por el empresario minero Simón I Patiño.
FUENTE: El Deber