El Arsenal manda callar al Real Madrid que se despide de la Champions

Esta vez sí. Lo difícil, lo complicado, fue imposible. También en el Bernabéu donde el Real Madrid, pese a 'jugar con 12', no pudo llevar a cabo la remontada ante el Arsenal (1-2) y se despide de esta Champions en cuartos de final. Un gol de Saka y otro de Martinelli, pese al de Vinicius para hacer el empate momentáneo, fueron demasiado. El equipo de Ancelotti lo intentó pero el de Arteta, que por momentos fue subestimado, salió con vida del estadio blanco y se la complica al Real que este año no repetirá trofeo. Queda vacante la silla del campeón.
El autobús del Real Madrid llegó cerca de las 19:30 a la Plaza de los Sagrados Corazones, donde les esperaba una impresionante marea de aficionados merengues entre gritos de
El reloj marcaba las 21:00 horas cuando el balón echó a rodar en el Bernabéu. Sin embargo, como era de esperar, el partido en Madrid comenzó a jugarse mucho antes. Casi desde por la mañana, cuando la gente ya empezaba a ocupar su sitio en la rampa de Concha Espina por donde luego pasaría el autobús del equipo en uno de los famosos recibimientos de Champions. Bengalas y bufandas.
Ya con los jugadores dentro del estadio, aquello comenzó a ser un hervidero desde el calentamiento, donde ya no cabía un aficionado más a falta de media hora. La mayoría de pie, para bajar los nervios, porque en ese momento hasta el más pesimista ya estaba en pleno trance. Y en eso, por lo menos, sí que había ganado el Real: seguían creyendo después de recibir tres goles en Londres que pudieron ser cinco.
Pero además, la cosa cogió más fuerza con el arranque fulgurante de los de Ancelotti y el penalti que detuvo Courtois a Saka en el minuto 12. Y es que como si no fuera suficiente, Asencio ajustó el nivel de dificultad y lo puso en 'modo extremo' cometiendo un penalti claro por agarrón sobre Mikel Merino que tuvo que pitar el VAR. En ese momento el estadio se convirtió en un funeral pero cuando el belga, el portero más extremo de todos, tocó el balón, muy manso, de Saka, resucitó para acto seguido venirse a abajo, con la afición del Arsenal incluida. Era el primer milagro de la noche, el necesario para despejar de incrédulos la grada.
Y de penalti en contra, a penalti a favor. Esta vez de Rice sobre Mbappé. Era el minuto 26 y el estadio entró de nuevo en llamas aunque enseguida fueron apagadas por la rectificación de Leteixer. Porque primero vio penalti por agarrón y después, de nuevo desde el VAR, lo dejó de ver. O al menos no tan claro pues lo cierto es que el inglés no hizo demasiado 'mérito' como para derribar a Kylian. Ahora era el Madrid el que se quedaba con la miel en los labios.
Pero aún así lo siguió intentando. Ya para entonces se había convertido en el único equipo sobre el campo capaz de tener el balón y de llevarlo a la portería contraria con algo de nervio. El Arsenal era una sombra. Con piernas y peligro en sus salidas, pero una sombra. Sin embargo, lo que le faltaba a los de Ancelotti eran disparos. Concretamente los necesarios para marcar goles, los que van a puerta Llegados al descanso, solo habían hecho dos y ninguno entre palos. Los ingleses, por su parte, firmaron tres y los tres fueron detenidos por Courtois. Así, iba a ser muy complicado.
'Sakabó' la Champions
Ya en la segunda parte, invitaba más a creer el marcador de 0-0 que el propio Real Madrid, enfrascado en el querer y no poder frente a la defensa, dura y firme, del Arsenal que se crecía por momentos. El poderío de los de Arteta les hizo recuperar el balón y dormir el partido hasta el punto de que los aficionados ingleses presentes en el estadio comenzaron a corear a los suyos con 'olés'.
Eso hizo reaccionar a Ancelotti que introdujo, raro en él, tres cambios de un tirón: Ceballos, Fran García y Endrick que entraron para darle otro aire al equipo, uno más directo aún. Pero enseguida se encontraron con un gol en contra de Saka (0-1), que, tras quedarse solo ante Courtois picó el balón y mandó callar al Bernabéu. Era el minuto 65 y los blancos se llevaban un golpe durísimo del cual solo podían recuperarse con lo que consiguieron dos minutos después: un gol como respuesta inmediata. Este llegó fruto de un error impropio de un central como Saliba al que Vinicius le robó el balón con David Raya fuera de su portería y marcó a placer. Se volvía a creer. Pero de nuevo con más fé que argumentos.
De hecho, el paso de los minutos fue confirmando lo que parecía inevitable y el Madrid, llegado a ese punto, bajó los brazos. Se fue hacía arriba y en una contra, Martinelli hizo el 1-2 para cerrar el partido. Lo intentó, lo quiso, pero esta vez el Bernabéu no pudo. Era demasiado. El Arsenal estará en las semifinales.
FUENTE: MUNDODEPORTIVO