Unodc dice que de Bolivia y Perú sale el 41% de la droga que tiene destino Europa

El área rural de Santa Cruz y Beni, en los parques nacionales, hay fábricas y laboratorios

El informe de Naciones Unidas indica que la cocaína se produce en los dos países y es enviada a Europa desde Brasil. Parte de la droga también es llevada a Argentina. El ministro de Gobierno solo se refiere a la coca excedentaria en la gestión de Áñez

El informe de la Oficina de Naciones Unidas Contra las Drogas y el Delito (Unodc, por sus siglas en inglés), presentado la semana pasada en Viena, Austria, revela que el 41% de la droga que se produce y que sale de Bolivia y de Perú pasa por Brasil, y tiene como destino final países de Europa.

El capítulo del documento referido al tráfico de cocaína detalla la ruta de la droga boliviana y peruana. Nunca fue un secreto que la cocaína que sale del país tiene como destino a Europa, pero es la primera vez que la Unodc se anima a dar un porcentaje, el 41%.

El ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, declaró, tras la publicación de este reporte ,que “se ha demostrado el trabajo transparente en la lucha contra el narcotráfico en Bolivia. Lo dicen los países hermanos y el mundo entero. Recientemente ha salido el informe mundial sobre el tema del narcotráfico y lo único que se ha observado, básicamente, es el incremento de coca durante el gobierno de Jeanine Áñez”.

Sin embargo, durante el gobierno de Evo Morales, el entonces ministro de Gobierno, Carlos Romero, insistió en que Bolivia era un país tránsito de la cocaína peruana. Este año, la exautoridad declaró a EL DEBER que los emisarios de cárteles internacionales de droga, principalmente de Brasil y Colombia, se instalaron en territorio boliviano, en particular en el área rural de Beni y Santa Cruz, parques nacionales y desde allí producen su cocaína y la refinan para sacarla del país.

El informe 2020 señala, precisamente, que Colombia es el principal país de salida de los envíos de cocaína a escala mundial, seguida por Brasil, según lo informado por los países miembros a Unodc.

Estas dos naciones son los puntos centrales de las rutas más utilizadas por los narcotraficantes para sacar la cocaína del continente.

Pero, se menciona también a Ecuador, Perú y al Estado Plurinacional de Bolivia, como países donde se produce y por los que transita la cocaína enviada fuera de América Latina.

“Los países de América del Sur más mencionados como plataforma de salida de cargamentos de cocaína con destino a Europa en 2020 son Brasil, Colombia, Ecuador y Venezuela”, dice el texto.

Especifica que las salidas de cocaína fabricada en Colombia, representaron el 48% de todas las partidas de países de América del Sur hacia Europa.

Pero, las salidas desde Brasil, muestran, según el informe, una ruta de la cocaína que es fabricada en Perú y Bolivia. En conjunto se constituye en el 41% de la droga que en 2020 llegó a países del viejo continente.

El restante 11% de la cocaína se queda para el consumo en los países de América del Sur.

La Unión Europea (UE) sabe que la droga que se produce en Bolivia lo perjudica directamente y presiona al Gobierno. De hecho, el 26 de Junio en Asunción, Paraguay, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, fue nombrado copresidente de un organismo técnico que trabaja bajo la coordinación de la UE y Celac para la lucha antidroga.

Según reportes de la lucha antidrogas, la incautación de cocaína a los cárteles de droga sudamericanas y la captura de narcotraficantes en Bolivia, Brasil y Paraguay se produjeron con el apoyo de la Policía Europea.

Operan los cárteles

En febrero se informó que dos capos del narcotráfico que dirigen una facción del Primer Comando Capital (PCC), peligroso cártel brasileño, dirigían y planificaban los “golpes” de la organización criminal desde Bolivia. Esta información fue revelada por medios de Brasil, que afirmaban que Marcos Roberto de Almeida, de 51 años, y Valdecí Alves dos Santos, de 50 años, vivían en Santa Cruz de la Sierra.

En mayo, la prensa de Brasil y las redes sociales reportaron que de Almeida, alias Tuta, había sido secuestrado en Bolivia. El Gobierno, a través del ministro Eduardo del Castillo, lo desmintió.

Pero la relación de Tuta con el país no es reciente. Un reportaje del periodista Marcelo Godoy, publicado en octubre del año pasado en el diario O Estado de Sao Paulo señalaba que Bolivia se había convertido en una especie de santuario para los capos del PCC.

Ellos invierten en joyas, clínicas médicas, restaurantes, haciendas y pasean, junto a sus familias, con tranquilidad en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, señalaba el reportaje publicado entonces.

El documento establecía que la razón principal por la que los capos del PCC operaban en Bolivia era por la resistencia de la Policía boliviana de actuar en conjunto con la DEA, la agencia antidrogas de Estados Unidos, que fue expulsada del país en 2008 durante el gobierno de Evo Morales.

“Las autoridades descubrieron una infraestructura de producción con sede en Bolivia con líneas logísticas y de suministro en Brasil, Paraguay y Uruguay”, publicó la Europol.

La red de distribución tenía como base las ciudades españolas de Valencia y Barcelona, donde se encargaban de recibir los cargamentos de cocaína y distribuirlos en el mercado europeo.

La red criminal transportaba cocaína en contenedores marítimos. Desde septiembre de 2020, las autoridades de Bélgica, Brasil, Italia, los Países Bajos y España se incautaron de 10 toneladas de cocaína.

Las autoridades brasileñas y españolas interceptaron varios de estos envíos e identificaron a algunas de las empresas involucradas en el esquema criminal.

De la investigación participaron la Policía Federal de Brasil, la Guardia Civil española, la DEA de Estados Unidos y la SENAD de Paraguay, en coordinación de la Europol. De las investigaciones no participó la Policía Boliviana.

Rutas

Las tres principales rutas para el envío de cocaína desde los Andes, América del Sur, hacia América del Norte y Europa Occidental y Central están marcadas, indica el reporte de la ONUDC.

“La mayor parte del tráfico de cocaína en el período 2016-2020 ocurrió a través de rutas bien conocidas: desde Colombia a lo largo de la costa del Pacífico hasta América Central y/o México (a menudo en barco y/o embarcación semisumergible), para el tráfico posterior a los Estados Unidos”. Esa es una vía.

La segunda, desde la región andina (principalmente Colombia, al occidente y Europa Central en barco, a menudo en contenedores); directamente sobre el Atlántico a puertos en Europa para el tráfico hacia los destinos finales del viejo continente.

O, vía Brasil a Europa, ya sea a través del Atlántico, o África Occidental. “Los flujos de tráfico también van desde la región andina (Bolivia y Perú) hacia otros mercados locales en América del Sur, en particular Brasil y Argentina”, dice la ONUDC.

Casi toda la cocaína de las provincias del sur de Colombia, junto con una parte de la cocaína fabricada en el norte, sale del país por el océano Pacífico. Las autoridades sugieren que la mayor parte de la cocaína incautada en Estados Unidos sigue teniendo su origen en Colombia (90% en 2018) y el 74% de la cocaína procedente de Colombia con destino a América del Norte en 2019 se envió a lo largo de la ruta del Pacífico Oriental.

Las investigaciones sugieren un aumento y expansión geográfica del tráfico de cocaína por mar. Las cantidades de alcaloídes incautadas, asociadas con el tráfico marítimo ha aumentado del 84% en 2015-2018 al 89% en 2021, con una caída en 2020, cuando el tráfico de cocaína por parte las aeronaves aumentaron notablemente en América Latina para superar las medidas de restricción del Covid-19.

De acuerdo con el informe sobre el narcotráfico, los puntos de partida importantes para el envío de cocaína de América del Sur por mar incluyen los puertos marítimos del Pacífico de Buenaventura (Colombia) y Guayaquil (Ecuador). También figuran los puertos marítimos del Atlántico de Cartagena, en Colombia, y el de Santos en el Estado de San Pablo, Brasil.

Algunos puertos más pequeños en el norte de Brasil también han asumido una importancia creciente para los envíos de cocaína a Europa en los últimos años, ya que los traficantes intentan evitar la mejora de los controles y la capacidad de vigilancia implementado en el puerto de Santos. Todo esto implica a las mafias que operan desde Bolivia y Perú, porque lleva esa mercadería, de acuerdo con el informe de Naciones Unidas presentado la semana pasada en Viena.

Según los datos de incautaciones, los principales puertos marítimos utilizados para el ingreso de cocaína a Europa en el periodo 2020–2021 fueron los de Amberes, Bélgica, y Róterdam, los Países Bajos, así como varios puertos marítimos en España. Sin embargo, casi todos los principales puertos marítimos europeos sirven como puertas de entrada a los mercados de consumo de la región.

Violencia

Entre el 21 de junio y el 1 de julio seis personas, entre ellas tres policías, fueron encontradas muertas, en Porongo y en Chapare, respectivamente, con disparos de armas de fuego y con signos de ejecución, lo que hace presumir que fueron víctimas de mafias del narcotráfico.

La tarde del feriado del Solsticio fueron ejecutados en Porongo el sargento mayor Eustaquio Olano, el sargento primero Alfonso Chávez Flores y el voluntario del Gacip José David Candia. Según las pericias, los hombres recibieron los disparos cuando se encontraban de rodilla. Como principal acusado fue identificado Misael Nallar, detenido en la cárcel de Chonchocoro, y dos de sus guardaespaldas de nacionalidad colombiana, de los cuales uno está en prisión. Dos policías fueron detenidos acusados de facilitar la fuga a uno de los extranjeros.

Misael Nallar, es yerno del narcotraficante Einar Lima Lobo, quien paga una condena en Brasil de 14 años por narcotráfico y fue vinculado con cárteles de ese país.

El viernes último, tres jóvenes fueron cruelmente asesinados en Chapare, dos acribillados y al tercero le cortaron el cuello. La Policía investiga los presuntos nexos con el narcotráfico.

Después de este hecho, el presidente Luis Arce relevó al comandante de la Policía, Jhonny Aguilera.