TikTok y la competencia por la atención global: cómo la cultura se convirtió en el arma más poderosa del siglo XXI

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Estados Unidos y China lograron este mes un acuerdo clave sobre TikTok que, al menos por ahora, aleja el fantasma de la prohibición de la popular plataforma de videos en territorio norteamericano.

Según la Casa Blanca, la empresa china ByteDance deberá aislar completamente sus datos y operaciones en EE.UU. de cualquier influencia de Beijing. El pacto incluye la creación de una nueva entidad controlada en su mayoría por inversores estadounidenses, como Oracle, Silver Lake y Andreessen Horowitz.

TikTok operará bajo control estadounidense

La vocera presidencial Karoline Leavitt adelantó que el acuerdo podría firmarse “en los próximos días” y confirmó que seis de los siete miembros de la nueva junta directiva serán ciudadanos estadounidenses.

De acuerdo con el Tesoro, la información de los más de 170 millones de usuarios norteamericanos se almacenará en servidores ubicados en Texas, bajo supervisión de Oracle, para evitar accesos indebidos desde China.

TikTok como herramienta de poder blando

Para los analistas, TikTok dejó de ser vista como una simple app de entretenimiento y se transformó en una herramienta de influencia cultural y política. Su algoritmo, que decide qué contenidos se vuelven virales, es considerado estratégico en el contexto de la rivalidad geopolítica entre Washington y Beijing.

En este sentido, el politólogo Jorge Malena explicó que la disputa por TikTok es parte de una guerra cultural global:

“Un Estado con poder militar y económico, pero sin atractivo cultural, genera recelo; mientras que un Estado con poder cultural sólido genera simpatía e influencia”, afirmó.

Precedentes de censura y control

En 2019, The Guardian reveló documentos internos de ByteDance que instruían a censurar temas sensibles para China, como Tiananmén, el Tíbet o el grupo Falun Gong. Aunque ByteDance asegura que estas prácticas fueron abandonadas, en Washington persisten las sospechas de que la moderación de contenidos pueda responder a criterios políticos.

Cultura como campo de batalla geopolítico

La pugna por TikTok es apenas una muestra de la competencia global por la atención. Mientras Estados Unidos sigue liderando con Hollywood, Netflix y la industria musical, otros países también avanzan: Corea del Sur con el K-pop, India con Bollywood y Turquía con sus telenovelas.

TikTok va más allá, porque no solo ofrece contenido, sino que controla el flujo de información y decide qué ve cada usuario. Esa capacidad de moldear narrativas culturales preocupa a legisladores y expertos en seguridad.

Próximos pasos

El acuerdo entre Trump y Xi Jinping incluye una prórroga hasta diciembre de 2025, lo que dará tiempo para implementar las medidas de aislamiento tecnológico y de datos. Washington espera que la firma se concrete antes de fin de mes, mientras que Pekín aún no emitió comentarios oficiales sobre la versión final.
FUENTE: PERFIL