«Thriller», el vídeo con el que Michael Jackson cambió la historia del pop cumple 40 años

En 1983 The Beatles llevaban 13 años disueltos. Elvis Presley, seis muerto. Y el punk ya se había revelado como un fraude por parte de Sex Pistols, su símbolo máximo. Pero en los optimistas años ochenta no había hueco para el desánimo ni la nostalgia. Eso llegaría luego, en los noventa. Entonces se miraba al futuro sin echar de menos el pasado. Se abría la puerta a nuevos ídolos que buscaban su sitio sin complejos. Un jovencísimo Michael Jackson de 24 años había lanzado doce meses antes su elepé Thriller (1982), un éxito que continuaba el logrado con Off The Wall (1979), elaborado también junto a Quincy Jones. 

Con el artista en estado de gracia, de inicio arrasó en ventas. En su primera semana despachó un millón de copias. Pese a la dudosa elección de The Girl Is Mine junto a Paul McCartney como primer single, la sublime sucesión de sencillos que vieron la luz en 1983 —Billie Jean, Beat It y Wanna Be Startin' Somethin'— mantuvo la atención para que la máquina siguiera funcionando. Y, por si fuera poco, en marzo dejó al mundo paralizado en el especial de televisión Motown 25: Yesterday, Today, Forever. Hacía por primera vez el paso del moonwalk durante su actuación. Pero aún le queda un as en la manga.

Durante todo ese año la CBS, discográfica de Jackson, estuvo presionando a la cadena MTV para que emitiera los vídeos. Los acusaba de racismo. Amenazaba con llevar las protestas más allá. Gracias a ello el músico se coló en los hogares de miles de norteamericanos con los clips de Billie Jean y Beat It, llevando el sueño de James Brown —una estrella negra sorteando las trabas sociales con el poder de su música— mucho más allá de lo que pudiera imaginar. La plástica del artista, el impacto de su imagen y la calidad innegable de su aleación de disco, funk y pop empezaron a liderar una era en la que todo eso alcanzaba la máxima expresión. En 1979 The Buggles cantaban Video Killed The Radio Star (El vídeo mató a la estrella de la radio), tema con el que la MTV inauguró sus emisiones en 1981. Michael Jackson se encargó de contradecir tal asesinato: los vídeos estaban convirtiendo a la estrella de la radio en el fenómeno más grande que el pop había conocido desde The Beatles.

La secuencia alcanzó la cima el 2 de diciembre. Ese día la MTV emitió Thriller, algo que trascendía totalmente a la idea de un videoclip pop. Se trata de un cortometraje de 14 minutos dirigido por John Landis, quien había firmado Lobo americano en Londres. Ese filme impactó a Michael Jackson de tal modo que en su cerebro sin límites se creó el germen de algo que iba a romper con todo lo establecido. Logró el teléfono del director. Habló con él. Y juntos planearon hacer un cortometraje que sirviera de videoclip de la canción homónima del disco.

La idea, en aquel contexto, era propia de una persona sin mesura como Michael Jackson. Si lo normal en un vídeo musical pasaba por invertir 50.000 dólares, el plan del músico apuntaba al millón. En su discográfica no lo veían nada claro. El disco ya contaba con un año de vida y había perdido su condición de más vendido, en favor de la banda sonora de la película Flashdance y el nuevo álbum de The Police, Synchronicity. Además, el plan de una mini película de monstruos tampoco les resultaba nada atractivo.

Pero Jackson se obsesionó con ello y su equipo se puso a buscar financiación para la pieza. Logró que la discográfica hiciera el esfuerzo de darle 100.000 dólares. También consiguió dinero del canal Showtime y de la exclusiva por la que pagó MTV. El resto lo aportó el propio artista, asumiendo el riesgo. Y se pusieron a rodar en el este de Los Ángeles unas escenas que querían grabadas para siempre en la memoria colectiva.

Una pareja icónica

La primera actriz que se barajó para el vídeo fue Jennifer Beals, la protagonista de Flashdance. Rechazó el papel. Finalmente, lo asumió una desconocida Ola Ray. Junto a Jackson creó una de las parejas más icónicas de los ochenta. Ella, con ropa vaquera y tacones. Él, con una cazadora de cuero rojo. Ambos caminando por una calle cada vez más oscura y humeante. Hasta que pasan delante de un cementerio. Ahí los muertos se despiertan y escuchan una voz terrorífica. Se trata de Vicent Price, un actor americano especializado en películas de terror. Su locución y su risa malévola final funcionó a la perfección en la dinámica de la canción.

En el rodaje del videoclip Jackson tuvo que soportar sesiones de maquillaje de cinco horas. Para ello trabajaron más de 40 maquilladores, encargados de transformar al cantante en un hombre lobo y un zombi, a petición del guion. Luego, vinieron los ensayos para hacer esa coreografía legendaria, la que anualmente se replica de manera multitudinaria en diferentes puntos del mundo en las fiestas de Halloween. Apareció en televisión por primera vez aquel 2 de diciembre, desbordando todo desde su arranque. La MTV multiplicó por diez la audiencia para su estreno. La respuesta fue tan espectacular que en los días posteriores la cadena empezó a emitirlo dos veces cada hora para satisfacer la demanda. Incluso se comercializó en Beta y VHS, algo insólito en un videoclip, logrando cerca de un millón de copias vendidas.