Sucre: Universitarios suprimen comidas o las cambian por un té

Ante la crisis económica que golpea a todo el país con el encarecimiento de precios de productos y servicios, en Chuquisaca hay universitarios que se han visto obligados a reducir sus gastos para subsistir todo el mes, sacrificando, en algunos casos, su alimentación.
Este martes, CORREO DEL SUR conversó con tres estudiantes de la Universidad San Francisco Xavier, tanto de la ciudad como de las provincias, que revelaron la complicada situación de su sector.
TESTIMONIOS
Patrick Cuéllar es un estudiante de tercer año de la Carrera de Comunicación Social. Pese a ser de Sucre, vive prácticamente solo. Para costear los gastos de su formación profesional, trabaja medio tiempo en una fábrica de fideos y galletas.
Compartió que en su caso el incremento del costo de vida le afectó bastante. En los primeros años de universidad, 20 bolivianos le alcanzaba para el día aunque con algunos sacrificios; ahora mínimamente requiere Bs 50, señala.
Afirma que para que un estudiante cubra un buen desayuno, una buena merienda a media mañana, un buen almuerzo y una buena cena, además de otros gastos como pasajes y algunos materiales para sus estudios, necesita por lo menos unos Bs 80 cada día.
Su sueldo de medio tiempo tampoco es suficiente, por lo que se ve obligado a trabajar en otros rubros los fines de semana.
“Al igual que yo hay varios compañeros que estamos tratando de salir adelante con mucho esfuerzo”, afirmó Cuéllar al revelar que incluso algunos universitarios dejaron de estudiar solo para poder subsistir o migraron a otros países como Chile.
“NO CENO”
Otra universitaria, estudiante de Gerencia y Administración Pública que prefirió mantener su nombre en reserva, dejó de cenar para que le alcancen los Bs 800 que le mandan al mes sus padres desde su pueblo en Villa Serrano.
Solo a principios de mes se alimenta con desayuno, almuerzo y cena; luego debe sacrificar alguna comida o cambiar un plato por una papa rellena. “No hay cena, mi desayuno es agua con avena, almuerzo a veces; cuando ya no alcanza sí o sí una papita rellana”, detalló.
“También dejé de comer carne porque el kilo está a 70 bolivianos lo que costaba a (Bs) 25. No nos alcanza y para lo mucho que nos alcanza es para unas papas con ensalada y huevo. Y eso, el huevo también está caro”, confesó.
Vive sola en Sucre, por lo que también debe correr con los gastos de los materiales para sus estudios. Explicó que, por ejemplo, el paquete de hojas de papel boom que requiere bastante en su carrera, subió de Bs 30 a más de Bs 50.
SAN LUCAS
Este diario también contactó a una estudiante de Contaduría del municipio de San Lucas, donde la crisis, según expresó, sacude incluso con más fuerza a las familias y, por ende, a los universitarios.
Ante la complicada situación que enfrenta el país, sus padres tuvieron que migrar a la ciudad en busca de mejores ingresos, dejándola sola para que siguiera con sus estudios.
Aseveró que al principio sus progenitores le mandaban mensualmente Bs 600, pero por el encarecimiento de productos, tuvieron que incrementarle ese monto en Bs 200 más o de acuerdo a sus posibilidades; sin embargo, aún no es suficiente.
“Lo que me daban (Bs 600) alcanzaba para todo: para pagar la luz, agua, comida, mercado, pero ahora eso ya no alcanza, y eso que es provincia”, declaró.
Indicó que en su alimentación a veces le alcanza para el desayuno, almuerzo y cena, pero en algunas ocasiones solo para los dos primeros y cambia la cena por un té o algo liviano, porque prefiere invertir en los materiales para sus estudios.
FUL: “Una olla común dos veces a la semana”
Ante la difícil situación que atraviesan algunos universitarios por el alza de precios generalizada, la Federación Universitaria Local (FUL) planifica la organización de una olla común dos veces a la semana, anticipó a CORREO DEL SUR su ejecutivo Sergio Vargas.
“Cada día recibimos a muchos estudiantes del interior del departamento y del país que, lamentablemente, no la están pasando bien, es por eso que dentro de unos pocos días vamos a habilitar al menos unos dos días a la semana un tipo olla común para aquellos que realmente no tienen ni para comer”, afirmó el dirigente.
Señaló en que en algunos casos, especialmente de estudiantes del área rural, la situación es crítica, tanto que solo tienen para comer “agua y sal pensando que es sopa”.
Vargas dijo que pese al poco presupuesto que tiene la FUL, habilitarán este servicio de olla común. También invitó a otras instituciones de beneficencia a sumarse a la iniciativa para aquellos estudiantes afectados.
FUENTE: CORREO DEL SUR