Protesta contra las fotomultas desborda en tensión: transportistas libres intentan ingresar por la fuerza a la Alcaldía

La implementación del sistema de fotomultas en Tarija continúa generando rechazo y hoy derivó en un serio incidente en la plaza principal. Transportistas libres protagonizaron una masiva movilización en repudio a lo que consideran una medida arbitraria, inconsulta y meramente recaudatoria por parte de la Alcaldía.
Los manifestantes, tras marchar por las principales calles del centro, se apostaron frente al edificio municipal con pancartas y consignas como “¡Fuera fotomultas!” y “¡Que salga el alcalde!”, exigiendo explicaciones directas de Johnny Torres, principal impulsor del sistema.
La tensión escaló cuando un grupo intentó ingresar a la fuerza al edificio edil, provocando un enfrentamiento verbal y casi físico con los guardias municipales. La falta de canales de diálogo previos y la ausencia de mecanismos de participación ciudadana visibilizan la improvisación y el autoritarismo con el que se viene manejando esta medida.
¿Modernización o castigo sin sentido?
Los transportistas critican que las fotomultas fueron impuestas sin socialización ni consenso con los sectores involucrados. Denuncian fallas técnicas, escasa señalización y sanciones aplicadas de forma indiscriminada, lo que refuerza la percepción de un proyecto sin planificación real ni objetivos educativos o de prevención vial.
“Esto no es seguridad vial, es una caja más para multar al ciudadano común sin ofrecerle mejores condiciones de tránsito”, declaró uno de los dirigentes, mientras reclamaba que el municipio ni siquiera ha resuelto los problemas básicos de señalización, semáforos o mantenimiento de vías.
Falta de transparencia
El sistema de fotomultas no ha sido acompañado por información pública clara sobre los criterios técnicos, las empresas responsables, el destino de los recursos recaudados ni los mecanismos de fiscalización externa. Esta opacidad alimenta la desconfianza generalizada y el creciente malestar social.
Mientras tanto, la Alcaldía guarda silencio ante las críticas, generando una brecha cada vez mayor entre autoridades y ciudadanos.
La protesta de hoy no solo expresa el rechazo de un sector, sino también la frustración acumulada por una gestión que prioriza la coerción antes que la solución estructural de los problemas viales. El mensaje fue claro: si el municipio no retrocede o replantea el proyecto, la tensión podría escalar aún más.