Migración por el cambio climático. Vidas y territorio que cambian.

El Día mundial del medio ambiente es un llamado urgente a la acción, pero son tantos los frentes que debemos atender que difícilmente se puede elegir un tema sobre el cual reflexionar sin sentir que es muy limitada nuestra preocupación. El cambio climático ha trastocado a la naturaleza y a la sociedad y el rumbo que llevamos no parece detenerse, pero tampoco es ya aceptable. Sus efectos están impactando sin distinción a países ricos y pobres, aunque es verdad que los pobres son más vulnerables. Las migraciones son uno de los grandes desafíos de nuestros tiempos, pero tratándose de las asociadas a eventos climáticos aún más.
Una movilidad sin protección internacional
Frente a las crisis humanitarias que enfrentamos, en un día como hoy, reflexionar sobre la movilidad humana provocada por fenómenos climáticos es un deber moral y ético. No hay Convenciones internacionales que amparen este tipo de movilidad humana, aun cuando se van dando soluciones parciales, como en el caso Ioane Teitiota de la isla de Kiribati o de la comunidad pesquera de “El Bosque” en México donde se argumentaron el derecho a una vida digna o a la vivienda.
Los datos estimados por el Internal Displacement Monitoring Centre muestran récords históricos en todo el mundo; en 2018 los desplazamientos internos por desastres asociados al cambio climático en las Américas se estimaron en 1.7 millones, para 2024 la cifra fue de 13.1 millones; de estos, 11 millones se produjeron en Estados Unidos debido a los huracanes (Reporte Global sobre desplazamientos internos, 2025); aunque son cifras subestimadas porque falta un seguimiento sistemático por parte de los gobiernos nacionales.
América Latina: territorios vulnerables, poblaciones móviles
Concretamente, en Latinoamérica están aumentando los desplazamientos internos por desastres siendo Colombia, Haití, Guatemala y México los que mayor número de movimientos reportan. Los riesgos hidrometeorológicos son los que más afectaciones han causado, tanto económicas como en las personas. En el periodo 2016-2024 se estima que en México hubo 774,117 desplazamientos, de los cuales 626,218 fueron por desastres.
En junio comenzó la temporada de huracanes y como cada año, nos damos cuenta de que no estamos preparados; tan sólo por citar un ejemplo, el dos de junio la zona metropolitana de la Ciudad de México sufrió unas lluvias intensas, que en tan solo pocas horas llovió más de diez millones de metros cúbicos provocando inundaciones paralizando la ciudad. Paradójicamente, en 2024 se vivió una sequía severa poniendo en graves aprietos a la autoridad del agua para brindar agua a los más de 24 millones de habitantes. Los eventos climáticos provocarán en un futuro cercano movilizaciones intra e inter urbanas sin precedentes si no se atienden desde los gobiernos urgentemente.
Adaptación planificada con enfoque de derechos humanos
¿Qué opciones tenemos en una región con una gran riqueza natural pero que sufre de forma intensa los efectos del cambio climático? Para muchos, que pierden sus bienes, su forma de vida, no queda alternativa mas que desplazarse; migrar.
Los gobiernos tienen la ineludible obligación de atender y prevenir estas situaciones que pueden volverse inmanejables. Una de las vías para atender este tipo de movilidad humana son los Planes de adaptación para orientar una “reubicación planificada” con enfoque de derechos humanos. Varios países ya lo han hecho, como Uruguay con su Plan nacional de relocalizaciones. Pero los desafíos son mayores; de inclusión e integración de las personas que se desplazan, de políticas diferenciadas, de crear resiliencia en la población y en las instituciones, de conseguir el financiamiento a través de los mecanismos internacionales como el de “pérdidas y daños”. En un contexto en el cual el clima es un factor geopolítico que puede provocar la movilidad forzada, es urgente repensar los marcos jurídicos, éticos y políticos que definen los mecanismos de protección a las personas.
Judith Dominguez
Profesora-investigadora. Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales. El Colegio de México. Coordinadora del Foro de Seguridad Hídrica.
FUENTE: EFE VERDE