Informe: Una de cuatro estudiantes de la UMSA sufrió acoso sexual

Un estudio reveló que una de cuatro estudiantes de la UMSA sufrieron acoso sexual.

El acoso y hostigamiento sexual en las universidades del país es una grave realidad. Así lo prueba una investigación de la Coordinadora de la Mujer y de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Ésta revela que en esa casa de estudios superiores una de cuatro estudiantes atravesó por esa situación.

La encuesta “Acoso sexual en la UMSA: percepción, vivencias y acciones para el cambio”, realizada por ambas instituciones, hizo un sondeo a 1.697 universitarios. De ellos, 25% sufrió acoso; mientras que el 47% dijo conocer a alguien cercano que lo sufrió.

En el 42%, los agresores son compañeros de clase. Mientras que en el 36% se trata de personas con autoridad académica como docentes, ayudantes, tutores o superiores jerárquicos.

Además, el 20% de las víctimas prefirió no identificar al agresor, lo que, según el estudio, refleja temor y desconfianza en los canales de denuncia disponibles.

Las formas más comunes de violencia reportadas incluyen comentarios sexuales (24%), insinuaciones ambiguas (12%), extorsiones o proposiciones indebidas (3%) y, en menor proporción, conductas digitales como correos, llamadas o amenazas (5%).

El informe señala también los efectos sobre las víctimas que son múltiples. Entre ellos bajo rendimiento académico y abandono de materias o carreras, hasta afectaciones emocionales como ansiedad, depresión y aislamiento social.

VIOLENCIA

El informe subraya que tanto el acoso como el hostigamiento sexual son formas de violencia no deseadas, de carácter sexual, que afectan desproporcionadamente a las mujeres. Mientras el hostigamiento suele ocurrir en relaciones de poder asimétrico (por ejemplo, entre docentes y estudiantes), el acoso se da entre pares.

La investigación fue desarrollada con una metodología de Investigación Acción Participativa Feminista. Identificó no solo la prevalencia del problema, sino también las barreras que enfrentan las víctimas para denunciar. Miedo a represalias, desconfianza institucional, normalización cultural de la violencia y procedimientos revictimizantes y burocráticos.

Ante este panorama, el estudio plantea una serie de recomendaciones que incluyen la creación de la Unidad de Atención y Prevención de Violencias Universitarias (UAPVU), el diseño e implementación de un protocolo integral de atención y sanción, así como campañas permanentes de sensibilización y formación obligatoria en género y derechos humanos para toda la comunidad universitaria.

FUENTE: LA RAZON