El sorprendente cambio de una mujer que ha conseguido eliminar el tatuaje de su rostro

Alyssa Zebrasky, de 31 años y nacida en Cleveland, con su tatuaje facial Terceros

Una mujer lleva más de tres años sometiéndose a un duro tratamiento de láser en un intento por eliminar el tatuaje que cubre su cara. La idea de tatuarse la cara fue de su expareja y, en un momento complicado de su vida, ella aceptó para no perderlo. Esa falta de autoestima se convirtió en una pesadilla que acabó con su relación pero también le ha cambiado de vida.

Su impactante imagen se viralizó y tuvo que aguantar el juicio ajeno y la popularidad no deseada. Ahora, ha decidido utilizar esas mismas redes para darle la vuelta al asunto. Se ha propuesto documentar su asombrosa y difícil transformación para sanarse a sí misma y con la esperanza de que su ejemplo pueda servir  alguien que pase por una situación similar. 

Relación tóxica y control

Hace cinco años Alyssa Zebrasky, de 31 años, se hizo un tatuaje que cubrió su cara por completo con la imagen de una calabera de azúcar, típica de la cultura mexicana vinculada al "Día de Muertos". No fue idea suya, sinó de la pareja que tenía en ese momento.

Alyssa, oriunda de Cleveland en Ohio, Estados Unidos, explica: "Un día estaba teniendo una conversación con mi exnovio y me dijo "deberías tatuarte la cara". Al principio se negó, pero luego la insistencia y el miedo a ser abandonada pudo más. Hoy, desde la distancia, cree que aquel hombre lo hizo para  que nadie más la deseara, con la clara intención de controlarla.

'Él escogió el diseño del tatuaje. Era una calavera de azúcar del Día de los Muertos, que cubre toda mi cara. Supongo que quería que coincidiéramos", analiza.

De hecho, ambos terminaron bajo custodia policial, él tres veces en seis meses, lo que resultó en que su inusual foto policial se volviera viral, informa Metro.

Rehabilitación y crecimiento personal

“Ese romance de seis meses fue un torbellino que de repente se volvió más oscuro. Mientras estaba en la cárcel, mi pareja tal vez me visitó dos veces", revela, y eso le llevó a reflexionar sobre u situación.

Después de terminar la relación, Alyssa decidió  pasar por un programa de desintaxicación de drogas y fue a rehabilitación. Pero cada vez que se miraba en el espejo, su cara tatuada le recordaba el pasado.

El impacto de las redes

Ella está documentando su experiencia en las redes sociales con el apoyo de su familia y su nueva pareja, con quien tiene la "relación verdaderamente saludable". Su objetivo es doble, por un lado es terapéutico para ella, que sigue ganando confianza en sí misma y por otro, sirve mostrar a otras personas que el cambio es posible.

"Fui vilipendiada en  las redes sociales, todos decían cosas realmente malas sobre mí y ni siquiera tuve la oportunidad de dar mi versión de la historia", se justifica la joven. Y en un momento tan doloroso no contó con el apoyo de su pareja.

El proceso para eliminar los tatuajes

Cuando comenzó el proceso de eliminación en octubre de 2019, le dijeron que necesitaría 12 sesiones.

"Cuando comencé a ir, me hicieron las mejillas, la frente y las manos porque, como se trata de un tatuaje, tu cuerpo solo puede curar una parte cada vez", menciona Alyssa, que tiene tatujes por todo el cuerpo.

"Cada sesión es de 20 minutos, mucho más rápida que un tatuaje en sí. El dolor inicial del láser lo relacionaría con tener una banda elástica rompiéndose contra la piel. Así es cómo se siente y luego duele durante 30 minutos", especifica acerca del proceso.

 

Alyssa lleva tres años tratando de eliminar el tatuaje con láser Terceros

Y continúa: “Después hay un poco de dolor casi como si derramaras aceite caliente y te quemase la piel, eso es lo más cercano con lo que lo puedo comparar"

De esto también se sale

Alyssa asegura que la cara no le arde tanto, pero hay algo de hinchazón. Y que empezó a "aceptar" su rostro. "Solía cubrirlo cuando iba a visitar a mi familia", confiesa.

La madre le dijo queno necesitaba hacerlo y eso la animó a continuar. Su familia siempre apoyó su proceso, y entienden que estaba en un lugar vulnerable.

 

"El cambio, la curación y el aprendizaje son posibles", diec Alyssa Terceros

También ha cambiado su relación con las redes sociales.  “Por mucho odio que encuentre hacia mí en TikTok y en otras redes sociales, ahora  no le presto atención", afirma.  Lo que quiere es que su experiencia pueda ayudar a alguien que esté pasando o haya pasado por una situación similar y demostrar que se puede salir adelante.

Fuente: LA VANGUARDIA