El cambio climático es una realidad en Beni

El cambio climático es una realidad en Beni

Con base en las proyecciones del Sexto informe de evaluación del Panel Inter­gubernamental de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (IPCC), se consideraron dos po­sibles escenarios de cambio climático para aterrizar sus efectos en el Beni.

El primer escenario más optimista implica políticas de acción climáti­ca a nivel global y neutralidad de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Así, en 2050 los Llanos de Moxos tendrían un incremento de temperatu­ras en aproximadamente +1,9 °C.

El segundo escenario es más pesimista y supone la no im­plementación de políticas de mitigación a nivel global, emisiones de GEI que, para el Beni, significaría incrementos en la temperatura de aproximadamente +3,3 °C a 2050.

Estas proyecciones desalentadoras reflejan las vivencias expresadas por comunidades indígenas y campesinas, productores agrícolas, ganaderos, pescadores, funcionarios y autoridades. Estos actores explican que sienten el cambio climático con tem­peraturas más altas, estaciones menos predeci­bles, inundaciones y sequías extremas, pérdida de nivel de agua en ríos y lagunas, golpes de frío, mayor incidencia de plagas y vientos más fuertes.

A esto se suma el incremento de la incidencia de fuegos que, si bien se debe en gran medida a procesos antró­picos de cambio de uso de suelo y deforestación, se ve favorecido por el aumento de las temperaturas, sequías y cambios en los regímenes de lluvias, que aumentan la exten­sión, intensidad y duración de estos incendios.

Las contribuciones de la naturaleza

Las investigaciones del GTLM brindan luces sobre las percepciones de la población beniana respecto a las contribuciones de la naturaleza a su bienestar. Las más valoradas son la provisión de agua en cantidad y calidad suficiente, la ganadería, la fertilidad de los suelos, la pesca, la calidad del aire y la posibilidad de disfrutar de la naturaleza para fines recreativos.

Sin embargo, las personas reconocen que estos beneficios disminuyeron en los últimos veinte años por distintos motivos como la sobreex­plotación de recursos, el cambio de uso de suelo, las actividades extractivas (como la minería) que contaminan suelos, agua y aire, los asentamientos no planifica­dos y el cambio climático.

Pero también el cambio climático afecta los beneficios de la naturaleza. La agricultura y la producción de alimentos son las actividades más afectadas, así como la disponibilidad de agua, la pesca, la cacería de subsisten­cia y la calidad del aire. En menor medida, está presente el riesgo para la ganadería, la calidad del agua, la fertilidad de los suelos, el disfrute del paisaje y su potencial turístico.

El mejor escenario: cuidar la biodiversidad

La respuesta a los desafíos de los Llanos de Moxos se encuentra en su diversidad biocultural. Beni debe adaptarse para lidiar con los impactos del cambio climático protegiendo el agua en todas sus formas y fomentando actividades económicas que sean compatibles con la conservación: pesca sostenible, ganadería en pastos nativos, turismo y aprovechamiento sostenible de los productos del bosque pueden realizarse sin destruir el paisaje, ni afectar la salud de la gente.

FUENTE: EJU