De la crisis al reto: Arce da por hecho que Samuel será presidente y lo confronta

La crisis económica que atraviesa Bolivia se convirtió en el nuevo escenario de disputa política entre el presidente Luis Arce y el empresario y candidato presidencial, Samuel Doria Medina, quienes protagonizaron un tenso intercambio en redes sociales. Más allá de los reproches cruzados, el duelo verbal reveló algo más profundo: el mandatario parece asumir, con resignación o cálculo político, que Doria Medina podría convertirse en el próximo presidente.
Todo comenzó cuando Doria Medina, en tono crítico, acusó al Gobierno de ser incapaz de garantizar el abastecimiento de combustible en lo que resta de gestión. Propuso como salida una estrategia para "desarcisar" la economía, prometiendo estabilidad en 100 días si accede al poder. El empresario planteó una nueva narrativa de cambio y reactivación, en contraste con el modelo actual, al que calificó como agotado y sin respuestas.
La réplica del presidente Arce no se hizo esperar. A través de sus redes, cuestionó lo que consideró una pose mesiánica de Doria Medina y lo acusó de sabotear su administración al instruir –según dijo– el bloqueo de créditos internacionales desde la Asamblea Legislativa. “Luego de los ‘100 días’ veremos quién es el incapaz, si es que llega al Gobierno”, lanzó Arce, en un tono que no solo encierra un reto, sino que da por sentado el ascenso electoral del empresario.
Lejos de eludir el embate, Samuel respondió con firmeza y claridad: negó haber obstaculizado financiamientos, recordando que su agrupación no tiene representación parlamentaria y, por el contrario, respaldó la aprobación de créditos para “darle oxígeno a una gestión sin rumbo”. En un movimiento hábil, aceptó el reto presidencial: “En todo caso, acepto su desafío. El 15 de febrero veremos quién es el incapaz”, escribió, apuntando a una fecha simbólica que podría marcar el inicio de un nuevo ciclo político.
Doria Medina fue más allá, al cuestionar la falta de decisiones estructurales del Gobierno. “El problema de fondo es que no tuvo el valor ni la inteligencia para aprobar las medidas que se necesitaban. Perdió la oportunidad de corregir el rumbo y ahora le toca dar paso a otra conducción”, sentenció.
Este cruce no es solo una disputa entre dos figuras públicas, sino una señal del inicio informal de la carrera electoral rumbo a 2025. Arce, al referirse a un posible gobierno de Samuel, parece asumir que su propio proyecto político atraviesa uno de sus momentos más débiles. Y Doria Medina, lejos de esquivar el protagonismo, se posiciona como el heredero de la transición económica que el país exige con urgencia.
Para analistas políticos, este episodio muestra que el debate ya no gira únicamente en torno a cifras macroeconómicas o reservas de combustibles, sino al liderazgo y credibilidad de quienes aspiran a conducir Bolivia en uno de sus momentos más delicados de las últimas décadas.
Con información de Erbol y Red