Comunidades rurales de Tarija exigen respuestas tras granizada que devastó más del 80% de su producción agrícola

Las comunidades rurales de Tarija enfrentan una crisis sin precedentes tras una fuerte granizada en Tarija que destruyó más del 80% de su producción agrícola. Al menos 286 familias productoras de Yesera San Sebastián, San Jacinto Norte y San Andrés resultaron afectadas, con pérdidas económicas que superan los 2 millones de bolivianos, según estimaciones del Gobierno Municipal.
Impacto de la granizada en el área rural de Tarija
El dirigente campesino Rivelino Zenteno informó que los reportes ya fueron enviados al alcalde Johnny Torres, exigiendo que la ayuda llegue de manera inmediata. “Las comunidades necesitan semillas y fertilizantes para volver a sembrar cuanto antes. Cada día que pasa se pierden más oportunidades de recuperación económica”, afirmó.
Los cultivos más afectados incluyen papa, maíz para choclo, arveja, hortalizas y flores. La pérdida no solo afecta los ingresos de los productores, sino también el abastecimiento de alimentos en Tarija, generando preocupación en los mercados urbanos.
Evaluación de daños y respuesta municipal
Desde la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR), su responsable Álvaro Baldiviezo confirmó que los daños alcanzan hasta un 80% en varias comunidades. “Estamos canalizando apoyo con semillas y abono, aunque aún se deben ajustar los recursos presupuestarios”, explicó.
Una deuda pendiente: el seguro agrícola en Tarija
La emergencia volvió a poner en debate la necesidad de un seguro agrícola contra desastres naturales, una demanda histórica del sector campesino. Zenteno recordó que las ayudas estatales rara vez cubren más del 20% de lo invertido. “Queremos un seguro que respalde a la gente, porque cuando hay desastres naturales las familias quedan prácticamente en la calle”, dijo.
Consecuencias sociales y económicas
La pérdida de cosechas tiene un efecto directo en la economía de Tarija. Menor producción local implica incremento de precios en productos básicos, mayor dependencia de alimentos importados y un impacto inflacionario que afecta a toda la población.
En el aspecto social, los campesinos denuncian abandono estructural y falta de políticas públicas frente al cambio climático, lo que genera inseguridad alimentaria y migración forzada hacia las ciudades.
Mientras tanto, las comunidades de Yesera San Sebastián, San Jacinto Norte y San Andrés esperan acciones concretas para recuperar su producción y avanzar hacia una política de seguridad alimentaria con justicia social.