Cistitis, la dolorosa enfermedad que sufre cerca del 50% de las mujeres y que continúa siendo mal diagnosticada y mal tratada

Para Melissa Wairimu, editora de videos en Nairobi, los síntomas comenzaron a los 21 años. Tenía que orinar constantemente y le quemaba cuando lo hacía. También le dolía la espalda.

Un cultivo de orina detectó una infección del tracto urinario (ITU). "Ni siquiera sabía que había algo llamado ITU ", dice Wairimu. Le recetaron un antibiótico de amplio espectro durante siete días y le dijeron que bebiera mucha agua para eliminarla.

Pero los síntomas siguieron apareciendo, a veces más fuertes. El dolor en la espalda se extendió a su abdomen. Se sentía cansada constantemente, pero le resultaba incómodo acostarse. "Tienes esa sensación de que tienes que ir al baño", explica.

Esto la mantenía despierta. Y la incapacidad para dormir empeoró la fatiga, lo que dificultó cumplir con su ajustado horario de trabajo.

Wairimu siente que sus médicos no la escucharon. Le dijeron que sus infecciones urinarias podrían deberse al sexo, aunque no estaba teniendo relaciones sexuales.

El dilema de los antibióticos

Para aquellas personas que tienen la suerte de ser diagnosticadas con precisión con una ITU, el tratamiento puede ser un campo minado.

En Kenia, a Wairimu le recetaron antibióticos casi indiscriminadamente.

En Reino Unido, el tiempo estándar de antibióticos para el tratamiento de infecciones urinarias en mujeres dura tres días. Para los hombres, cuyos casos se consideran automáticamente complicados, el plazo predeterminado es de siete días. La disparidad es frustrante para algunos.

Rohn cree que el período estándar de tres días, con la lista limitada de antibióticos que se ofrecen, no es suficiente para muchas mujeres.

Una razón clave de la duración limitada del tratamiento es la preocupación por la resistencia a los antimicrobianos. Esto está justificado, pero con demasiada frecuencia la preocupación por la administración antimicrobiana descuida a las personas que sufren, argumenta Rohn.

En Reino Unido, el tiempo estándar de antibióticos para el tratamiento de infecciones urinarias en mujeres dura tres días.

Una paradoja es que un tratamiento de primera línea insuficiente de las infecciones urinarias puede hacer que estas infecciones se vuelvan crónicas o recurrentes, con bacterias tenaces escondidas dentro de las biopelículas.

En estos casos, en última instancia, se pueden requerir más antibióticos.

Para las infecciones urinarias recurrentes, los pacientes a menudo se tratan con ciclos más prolongados de antibióticos. Esto le sucedió a Andrew, quien se sumergió entre la atención médica pública y privada antes de encontrar alivio.

Muchos otros no tienen los recursos o el nivel de educación para persistir en la busca de una mejor atención.

Perspectivas de cambio

Se están realizando varios esfuerzos para mejorar el diagnóstico y el tratamiento de las infecciones urinarias.

En respuesta a la pérdida de efectividad de los antibióticos, los investigadores están tratando de reutilizar los medicamentos existentes o aumentar su penetración en los tejidos donde se necesitan.

El año pasado, la compañía farmacéutica GSK también informó de resultados prometedores de pruebas para un nuevo antibiótico oral. Si se aprueba, sería el primero desarrollado en más de dos décadas para tratar infecciones urinarias no complicadas.

Dado el enorme problema de las superbacterias resistentes a los medicamentos, también se necesitan alternativas a los antibióticos.

Harding ofrece a los pacientes suplementos de estrógeno vaginal como una opción sin antibióticos, pero hay signos prometedores de que los antisépticos también podrían funcionar y también hay varias vacunas contra las ITU en desarrollo.

La investigación básica también tiene un papel importante en la comprensión del tracto urinario.

Rohn dice que "los modelos de ratones han reinado de manera suprema" en la investigación de las infecciones urinarias durante muchos años, a pesar de que los ratones tienen funciones urinarias diferentes a las de los humanos.

A diferencia de los humanos, los ratones no almacenan orina durante mucho tiempo. Ni siquiera contraen infecciones urinarias de forma natural.

Una mayor conciencia sobre las ITU, y la voluntad de tomarlas en serio, podría ayudar a aliviar el sufrimiento de muchísimas mujeres.

En lugar de confiar únicamente en modelos basados ​​en ratones, Rohn y sus colegas diseñaron un modelo 3D de una vejiga humana que puede imitar el estiramiento y el flujo del órgano real y programarse con orina real.

"Es muy emocionante ahora estar en un momento en que el modelado humano está entrando en un renacimiento", dice Rohn con entusiasmo.

Mientras tanto, una mayor conciencia sobre las ITU, y la voluntad de tomarlas en serio, podría ayudar a aliviar el sufrimiento de mujeres como Wairimu y Andrew, que han tenido que luchar durante años para encontrar respuestas.