Cadena vitivinícola, motor económico de Tarija, enfrenta serios desafíos por falta de carburantes e insumos

El gerente de ANIV entidad del sector vitivinícola de Tarija, Fernando Galarza, afirmó que actualmente la economía y el desarrollo del departamento se sostienen en gran medida gracias a la cadena vitivinícola y al turismo enológico que esta actividad genera. Según explicó, esta industria se ha consolidado como una de las más importantes del sur del país, no solo por su aporte al Producto Interno Bruto regional, sino también por la gran cantidad de empleos directos e indirectos que genera.
“Creo que la economía de Tarija, el desarrollo, se está moviendo en función de la cadena vitivinícola y el turismo que esta genera”, declaró Galarza, quien además subrayó que el sector emplea a más personas que incluso la propia Gobernación Departamental, siendo un motor clave para muchas familias que dependen de la vitivinicultura, desde la producción de uva hasta la comercialización y promoción turística.
Sin embargo, el representante expresó su preocupación por las serias dificultades que enfrenta el sector, particularmente por la escasez de carburantes, en especial diésel, que es fundamental para el funcionamiento de maquinaria agrícola y el transporte de productos. “El tema de los carburantes nos afecta seriamente. En el agro, esta situación es más dramática y lamentable”, sostuvo.
Galarza indicó que las bodegas y los productores están haciendo grandes esfuerzos por mantener la producción en pie, pese a las condiciones adversas. No obstante, advirtió que la continuidad del sector podría verse comprometida si no se atienden de forma urgente estos problemas estructurales.
Además de la crisis de los combustibles, mencionó que la escasez de dólares y el encarecimiento de los insumos agrícolas y enológicos agravan aún más el panorama. La dificultad para acceder a divisas ha encarecido importaciones clave para la elaboración de vinos y singanis, afectando la competitividad del sector en el mercado nacional e internacional.
“La cadena vitivinícola está resistiendo con esfuerzo propio, pero necesitamos políticas públicas que respalden al sector productivo. De lo contrario, corremos el riesgo de retroceder todo lo avanzado”, concluyó.