Ambición, finanzas, bosques… los desafíos de la COP30 de Belém
Sin una temática dominante, la COP30 en Belém (Brasil) se perfila como una de las cumbres más diversas y complejas en la historia del clima. Diez años después del Acuerdo de París, los países evaluarán sus avances, debatirán sobre financiamiento climático y pondrán el foco en los pueblos indígenas y la protección de los bosques tropicales.
Una COP sin un único eje central
Cada conferencia climática (COP) ha tenido su propio campo de batalla. En la COP28, celebrada en Emiratos Árabes, se alcanzó un histórico acuerdo para abandonar progresivamente los combustibles fósiles. En 2024, la COP29 fue conocida como la “COP de las finanzas”, con una promesa de 300.000 millones de dólares anuales para los países del Sur Global.
Pero la COP30, que se abrirá el próximo 10 de noviembre en Belém (Brasil), rompe ese patrón: no habrá un solo tema dominante. Según Gaïa Febvre, de la Red de Acción Climática, “será una cumbre con múltiples debates paralelos, desde el financiamiento hasta los derechos de los pueblos indígenas”.
Evaluación a 10 años del Acuerdo de París
Uno de los ejes principales será el balance a una década del Acuerdo de París, firmado en 2015. Los países debían presentar sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN), planes que detallan cómo reducirán sus emisiones. Sin embargo, muchas naciones no cumplieron los plazos.
Solo Noruega y el Reino Unido presentaron metas compatibles con el límite de 1,5 °C de calentamiento global, mientras que potencias como China presentaron objetivos considerados poco ambiciosos.
“Esta COP confirmará que no estamos alineados con el Acuerdo de París”, advirtió Febvre. “El reto será cómo los Estados pueden cerrar esa brecha de ambición”.
Aun así, los expertos reconocen avances: antes del acuerdo se proyectaba un calentamiento de +4 °C, y hoy la curva descendió a entre +2,6 °C y +2,8 °C.
“De Bakú a Belém”: el nuevo pacto financiero
El financiamiento climático será otro punto clave. En la COP29, los países ricos se comprometieron a movilizar 300.000 millones de dólares anuales hasta 2035. Sin embargo, aún no está claro quién aportará los fondos ni cómo se distribuirán.
“Necesitamos una hoja de ruta clara, que establezca compromisos reales de financiación”, señaló Lorelei Limousin, de Greenpeace, quien anticipó que Belém debe definir el plan ‘de Bakú a Belém’ para garantizar la continuidad de los aportes.
Limousin propone además gravar las ganancias de la industria fósil:
“Si se aplicara un impuesto a las petroleras, se podrían recaudar más de 400.000 millones de euros al año para financiar la transición climática”.
La COP de los bosques: el fondo TFFF
Al celebrarse en la puerta de la Amazonía, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva quiere que esta sea la COP de los bosques. Para ello impulsa el Fondo para los Bosques Tropicales (Tropical Forever Forest Facilities, TFFF), que pretende movilizar 125.000 millones de dólares.
Los rendimientos financieros se destinarán a países con selvas tropicales como Brasil, el Congo y naciones del sudeste asiático. Sin embargo, las ONG piden garantías para evitar que los fondos terminen financiando minería o agroindustria, las principales causas de deforestación.
Una “COP de los pueblos”
Luego de tres ediciones celebradas en países con regímenes autoritarios (Egipto, Emiratos Árabes y Azerbaiyán), la COP30 se presenta como una oportunidad para devolver el protagonismo a la sociedad civil.
“Belém debe ser un espacio donde la ciudadanía recupere su voz”, afirma Fanny Petitbon, de la ONG 350.org.
Del 12 al 16 de noviembre se celebrará el Foro de los Pueblos, y el 15 de noviembre habrá una gran marcha por el clima, donde indígenas, mujeres y comunidades rurales exigirán justicia ambiental.
Una coalición indígena latinoamericana, “La respuesta somos nosotros”, busca participar dentro de las negociaciones oficiales, con voz y voto, no solo como observadores.
“No queremos una COP para los pueblos indígenas, sino una COP con ellos”, sintetizó Petitbon.
FUENTE: FRANCE 24